Como cualquier buena puta europea
Erica Fontes no tiene miedo de desnudarse frente a extraños, incluyendo al masajista que invita a casa esa noche. Antes de su masaje, ella comienza con un lujoso baño, dejando algunas burbujas de jabón correr por su espalda y hasta la abertura de su culo. Le pide a
Bill Bailey que la seque con una toalla, que acaricie su coño y sus grandes y jugosas tetas antes de llevarla a la mesa.
Bill Bailey le unta aceite por todo su delgado cuerpo, frotando su entre-pierna mientras ella responde el teléfono y empieza a hablar sucio con su esposo. Nada interrumpe el flujo constante de obscenidades que
Erica Fontes mantiene en la lÃnea, ni siquiera con la boca llena de verga, ni cuando
Bill Bailey se la entierra hasta lo mas profundo de su culo.